Ella vendió la bicicleta tándem y con el dinero compró el mentado María Moliner que le prometió si salía de terapia intensiva; él se comió todo el puré de papas mientras veia por la ventana las flores de jacaranda, se disculpó por no poder volver a caminar y no volvió a sonreír en semanas. Ella regresó a vender emparedados en su canasta y siguió esperando su recuperación; él empezó a sonreír de nuevo cuando todas las flores del árbol fueron suplantadas por hojas. Ella nunca volvió a creer en magia y él guardó el sombrero de copa. Ella lloraba sobre la alfombra y él veía juegos de fútbol por televisión. Ella le dijo que fue muy mala idea y él lo negó todo.
La mala idea fue leventarse, porque cuando clavas la cama al techo, si te levantas, te caes.
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1 comentario:
Las jacarandas, la bicicleta y la deseperación, se parece algo a mi
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